Déjala que vuele, deja que abra sus alas.
Deja que vaya más allá y colme sus anhelos.
Déjala que espíe, deja que escuche mientras hablas.
Deja que trascienda a tus propios recuerdos.
Déjala que viva, deja que cuide lo que amas.
Deja que te guíe y que se funda con tus sueños.
Y sobre todo, amigo mío, deja que despierte,
que rompa sus cadenas y sea siempre libre.
Porque he aquí un tesoro, una llave ó un grillete.
Déjala que sea, por siempre tu mente.
- R. del Val -
Anonadada me hallo, y, en igual medida, encantada. Gracias por regalarnos esta preciosa poesía de palabras tan inspiradoras. Liberar la mente para que así sea ella y seamos nosotros mismos lo que somos en realidad, no puede haber nada mejor... me encanta.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias por tu opinión! Realmente me anima a seguir escribiendo y liberar mis pensamientos por esta vía. Espero que sigas leyéndome por aquí :)
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